Mi primera consulta para la bomba de insulina: empezar de nuevo (otra vez)

BOMBA DE INSULIBA

Hoy, 5 de noviembre de 2025, he tenido mi primera consulta para bomba de insulina. Y aunque podría decir que fue una cita más dentro del departamento de endocrino de Navarra, la verdad es que no lo ha sido. Ha sido una mezcla de emoción, vértigo y un poco de miedo. Porque después de diez años con bolis, con rutinas que ya formaban parte de mi cuerpo, esto es empezar de nuevo.

Me han explicado las tres bombas que usan en el hospital: Medtronic, Ypsopump y Tandem. Tres opciones, tres formas de entender la tecnología y tres mundos distintos para alguien que todavía mide la glucosa “a la vieja usanza”.

Me han dejado elegir. Y eso, que suena muy bien, también da respeto. Porque elegir en diabetes nunca es solo elegir un dispositivo. Es decidir cómo vas a vivir los próximos años, cómo vas a dormir, cómo vas a confiar otra vez en algo que no controlas del todo.

💉 Tres bombas, mil pensamientos

La Medtronic fue la primera que me enseñaron. Es la más clásica, la de toda la vida, con experiencia y fiabilidad. Pero también con un sistema más cerrado. Luego vino la Ypsopump, pequeña, elegante, práctica… casi minimalista. Y por último, la Tandem, con ese diseño de pantalla táctil que parece un mini smartphone y una precisión que da tranquilidad solo con mirarla.

De momento creo que me decidiré por la Tandem. Pero todavía no lo tengo claro, porque antes tengo que hablar con mi nuevo endocrino y, sobre todo, dejar que las emociones se asienten. Porque no es solo una decisión técnica, es emocional. Es decirle a mi cuerpo: “vamos a cambiar otra vez”.

Y aunque sé que voy a mejorar —en control, en estabilidad, en calma—, no puedo evitar sentir ese nudo en el estómago que aparece cuando sabes que estás a punto de empezar algo importante.

🧠 Empezar otra vez (cuando ya lo habías aprendido todo)

Lo que más me ha removido hoy no ha sido la parte técnica. Ha sido la sensación de volver al principio. De tener que aprender de nuevo después de diez años en los que ya tenía mis rutinas, mis cálculos, mis maneras de “sobrevivir” con los bolis.

A veces olvidamos que las personas con diabetes aprendemos a base de ensayo y error, con un máster en paciencia y una especialización en adaptaciones de última hora. Por eso, cuando algo cambia, aunque sea para mejor, duele un poco. Porque el cuerpo se acostumbra, pero la mente tarda.

Es como si de repente te dijeran que vas a volver a aprender a conducir, pero con otro coche, otra carretera y otro manual. Sabes que lo conseguirás, pero también sabes que al principio vas a stallar el motor unas cuantas veces.

Aun así, lo bonito de este momento es que también siento ilusión. Porque esta nueva etapa no viene desde el miedo, sino desde la madurez. Ya no busco hacerlo perfecto. Busco hacerlo más fácil.

💬 La parte que no se ve: las emociones

Cuando te hablan de bombas de insulina, todo parece técnico: el sensor, los algoritmos, las unidades, la basal. Pero lo que no te cuentan es el torbellino emocional que supone el cambio.

Es volver a confiar. En tu cuerpo, en la tecnología y, sobre todo, en ti. Porque durante años has aprendido a hacerlo a tu manera, y ahora llega un dispositivo que te dice “déjame ayudarte”. Y claro, cuesta soltar el control cuando llevas tanto tiempo luchando por tenerlo.

A veces me pregunto si los profesionales son conscientes de ese vértigo. No del miedo a los cables o a los catéteres, sino del miedo a lo desconocido. A volver a equivocarte, a sentirte torpe otra vez, a tener que pedir ayuda.

Pero luego pienso en todo lo que he aprendido en estos diez años, y me digo: “Vale, sí, vas a empezar de nuevo, pero no desde cero. Empiezas desde la experiencia.”

“Empezar otra vez no siempre es retroceder. A veces es volver a confiar.”

💙 El siguiente paso

Ahora me toca conocer a mi nuevo endocrino. Será el siguiente paso antes de la formación con bombas. Esa primera cita que, aunque parece rutinaria, marca el tono de todo lo que viene después.

De ahí pasaré a la fase de formación con las enfermeras. Me explicarán cómo funciona la bomba, cómo ajustar la basal, cómo resolver incidencias y —seguramente— cómo no perder la paciencia cuando algo se desconfigure a las tres de la mañana.

Dicen que las primeras semanas son intensas, que hay que estar muy pendiente, que la curva de aprendizaje es real. Pero también dicen que después llega la calma. Y esa palabra, “calma”, es justo lo que más deseo ahora.

🌿 Lo que espero de esta nueva etapa

No busco la perfección ni un control milimétrico. Busco equilibrio. Quiero poder vivir mi día sin que la diabetes sea el tema central. Quiero dejar de sentir que mi energía se va en calcular, decidir, medir, corregir. Quiero que la tecnología haga parte del trabajo y que mi mente descanse un poco.

Sé que la bomba me va a ayudar a eso. A tener una glucosa más estable, a reducir los picos, a dormir con más tranquilidad. Pero también sé que me exigirá paciencia y confianza. Y ahí está el reto: en permitir que algo nuevo entre en mi vida sin compararlo con lo anterior.

No sé si la Tandem será “la elegida” definitivamente. Tal vez sí, tal vez no. Pero lo que tengo claro es que quiero dar el paso, porque la diabetes no se trata de quedarse donde estás cómoda, sino de seguir aprendiendo.

😅 Y sí, también hay nervios

No voy a mentir: estoy nerviosa. No por el cambio en sí, sino por todo lo que implica emocionalmente. Diez años con bolis dan para mucho. Los tienes en el bolso, en el coche, en la mochila, en el cajón del baño. Forman parte de tu día, de tu rutina, casi como un reflejo automático. Y ahora toca decirles adiós.

Supongo que cambiar de herramienta también es cerrar una etapa. No porque lo anterior fuera malo, sino porque lo nuevo te exige mirar hacia adelante. Y eso, con la diabetes, siempre es una mezcla de miedo y esperanza.

Así que sí: estoy revuelta. Pero también agradecida. Porque poder acceder a una bomba es una oportunidad. Y porque sé que cada avance, por pequeño que parezca, me acerca a una vida más tranquila.

📬 Lo que viene (y lo que quiero compartir)

En las próximas semanas tendré mi primera cita con el endocrino, y después comenzaré la formación con el equipo de enfermería. Iré contando todo el proceso desde dentro, con lo bueno, lo difícil y lo inesperado. Porque a veces leer la experiencia de alguien que ya ha pasado por ahí ayuda más que cualquier manual técnico.

Si estás pensando en dar el paso a la bomba o simplemente te interesa saber cómo se vive este cambio desde dentro, te invito a que me acompañes. Lo contaré aquí, sin filtros, con la misma naturalidad con la que vivo cada subida y cada bajada.

Y si te apetece recibir mis reflexiones y aprendizajes sobre bienestar y vida real con diabetes, puedes unirte a mi newsletter. Allí hablamos de todo esto, con calma, humor y humanidad.

Por Sarai Rodríguez Lecuna · @diabetesconsarai

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Scroll al inicio