Nunca pensé que escribiría un artículo así. No porque no quisiera correr, sino porque siempre había dado por hecho que eso no era “para mí”. “Con diabetes es más difícil”, “te puede dar una hipo”, “mejor camina”, “no te la juegues”. Y al final, sin darme cuenta, fui creyéndomelo.
Pero aquí estoy: 2 de diciembre de 2025, empezando desde cero, escribiendo mi primer post oficial como persona con diabetes que ha decidido prepararse para una media maratón. Sí, una media maratón. Y sí, con diabetes tipo 1.
Lo cuento porque quiero que quede por escrito este principio. Para quienes me lean. Para quienes quieran empezar. Y, sobre todo, para mí dentro de unos meses, cuando vuelva aquí y recuerde que todo empezó con un día frío, con ropa térmica y con muchas dudas.
❄️ Empezar a correr en diciembre (y con Navidad a la vuelta)
Empezar a correr en diciembre tiene algo especial: el frío, las calles llenas de luces, esa sensación de “inicio” aunque el año esté terminando. Y también el caos emocional que traen las fiestas: comidas, ritmo roto, cambios en la rutina… lo que para una persona con diabetes es casi un deporte extremo.
Pero quizá por eso mismo diciembre es un buen mes para empezar. Porque si una consigue correr en mitad del turrón, el roscón y los horarios raros… ya puede con todo.
A veces esperamos a enero porque “será más fácil”. Pero no existe el momento perfecto. Existe el día que decides empezar. Y el mío fue este.
💙 Por qué decidí correr (de verdad)
Llevo diez años viviendo con diabetes tipo 1 y siempre he sido muy prudente con el deporte, especialmente con el running. No sabía cómo iba a reaccionar mi cuerpo, me daba miedo tener una hipoglucemia en plena calle y volver a sentir esa sensación de “no tengo control”.
Pero también sabía algo: si quería mejorar mis niveles, mis emociones y mi relación con mi cuerpo, tenía que moverlo.
Además, algo en mí necesitaba un reto. Una meta que no tuviera que ver con glucosas, sensores, insulina o miedos. Algo que fuera mío, solo mío. Y correr apareció como esa señal que se repite tantas veces que al final decides escuchar.
Así que un día dije: “Voy a prepararme primero para 10 km… y luego para la Behobia de San Sebastián del año que viene.” Y aunque me dio vértigo, también me dio vida.
🏃♀️ Empezar desde cero es empezar bien
Esto es lo que quiero que quede claro para quien lea esto: no hace falta haber corrido nunca para empezar a correr con diabetes. De hecho, empezar desde cero tiene algo liberador: no hay expectativas, no hay tiempos, no hay marcas. Hay cuerpo, respiración, pasos lentos y una lista enorme de cosas por descubrir.
Mi primer entrenamiento fue más mental que físico. Sí, salí a correr, pero lo que más trabajé fue el miedo. El miedo a no controlar la glucosa. El miedo a sentirme mal. El miedo a no poder. Y, sorprendentemente, descubrí que correr con diabetes no es “arriesgarse”, es aprenderse.
Aprender cómo responde el cuerpo. Aprender cuándo comer algo. Aprender cuándo parar. Aprender a escucharse más que nunca.
🔍 Mis primeros ajustes: glucosa, insulina y sensaciones
Quien no vive con diabetes quizá no entiende la cantidad de decisiones que tomamos para hacer algo tan simple como correr 20 minutos. Pero quienes vivís con esto… sabéis perfectamente de qué hablo.
Esto fue lo que hice en mis primeras salidas:
- Salir sin insulina activa (importantísimo).
- Mirar la glucosa antes y buscar un rango seguro.
- Llevar hidratos rápidos (por si acaso).
- Empezar despacio, más caminando que corriendo.
- Parar si algo no me cuadraba (no hay prisa).
- Analizar los datos al llegar (tendencias, picos, bajadas).
⚡ La parte emocional: correr cuando siempre te dio miedo
Esta es la parte más honesta: por dentro estaba revuelta. Porque correr es fácil para quien solo tiene que pensar en correr. Para mí correr significaba pensar en todo: glucosa, insulina, energía, ritmo, seguridad.
Y aun así, algo pasó: me empecé a sentir libre.
No perfecta. No rápida. No técnica. Libre. Y esa sensación, después de tantos años luchando con el cuerpo, fue un regalo.
Sentí orgullo. Sentí alivio. Y sentí, por primera vez, que podía hacer algo que durante años me pareció imposible.
🎄 Correr en Navidad: caos, glucosa y calma
Diciembre tiene sus propias reglas. Las cenas, los dulces, los cambios de horario, el estrés, el frío… y todo esto afecta a quienes vivimos con diabetes.
Pero también es un mes precioso para empezar a correr:
- Porque te da una rutina propia en medio del caos.
- Porque ayuda a gestionar la glucosa en época de excesos.
- Porque mentalmente es un “cable a tierra”.
- Porque correr entre luces navideñas tiene algo mágico.
¿Difícil? Sí. ¿Inestable? También. ¿Imposible? No. De hecho, es casi terapéutico.
📊 Lo que aprendí en esta primera semana
Aprendí tres cosas importantes:
1. El cuerpo avisa antes de fallar
Si escucho señales pequeñas, no llego a sustos grandes. La diabetes siempre habla: toca aprender a traducir.
2. No corro contra la diabetes, corro con ella
No es una enemiga ni un obstáculo imposible. Es una condición que acompaña, y con la que puedo negociar.
3. No hace falta ser corredora para empezar
Ni técnica, ni rápida, ni experta. Solo constante, curiosa y sin prisa.
💛 Si tú también quieres empezar…
Escríbelo en algún sitio: “No corro para llegar. Corro para descubrirme.”
Correr con diabetes requiere paciencia, sí. Pero también tiene recompensa: te devuelve una parte de tu cuerpo que quizá habías dejado en pausa.
Yo estoy empezando. Desde cero. Sin técnicas. Sin tiempos. Solo con ganas. Y este blog será el sitio donde lo contaré todo.
📬 Si quieres seguir mi reto
Puedes unirte a mi newsletter de los martes. Allí compartiré mis avances reales: lo que funciona, lo que no, cómo ajusto la insulina, qué como antes de correr, cómo gestiono el miedo y qué voy aprendiendo.
Y si tú también quieres empezar a correr, aquí tendrás siempre un lugar donde sentirte acompañada.
Por Sarai Rodríguez Lecuna · @diabetesconsarai