Diabetes tipo 1 y tipo 2: lo que nadie te explicó en la consulta

¿Recuerdas ese momento en que te dijeron que tenías diabetes y todo sonó a chino? A mí también me pasó. Médicos hablando de “páncreas”, “insulina”, “anticuerpos” y “resistencia”… mientras tú solo pensabas: “Vale, pero… ¿qué significa todo esto para mí?”

Y es que, aunque parece algo básico, todavía hay mucha confusión entre lo que es la diabetes tipo 1 y la tipo 2. No solo entre la población general, sino también en algunos entornos sanitarios. Lo curioso es que entender esa diferencia no solo cambia el tratamiento, sino también la forma en la que te hablas a ti misma.

Hoy quiero explicártelo sin tecnicismos, sin etiquetas y sin juicios. Porque la información, cuando se entiende, deja de dar miedo.

dos personas midiendose la glucosa

💉 Lo que pasa dentro del cuerpo

La diabetes, en todas sus formas, tiene algo en común: el cuerpo no utiliza correctamente la glucosa (el azúcar que da energía). Pero las causas son muy distintas.

🩵 Diabetes tipo 1

En la tipo 1, el sistema inmunitario —ese que debería defenderte— se confunde y ataca las células del páncreas que producen insulina. Es una enfermedad autoinmune, no provocada por la alimentación ni por el estilo de vida. Por eso, la persona necesita insulina externa desde el primer día para sobrevivir.

Suele aparecer en la infancia, adolescencia o juventud, pero también puede debutar en adultos (lo que se conoce como LADA o diabetes autoinmune del adulto).

🩷 Diabetes tipo 2

En la tipo 2, el cuerpo sí produce insulina, pero las células no la aprovechan bien. Es lo que se llama “resistencia a la insulina”. El páncreas intenta compensar, pero llega un momento en que se agota. Suele aparecer a partir de los 40 años, aunque cada vez se diagnostica antes.

Aquí influyen factores genéticos, familiares, hormonales y también de estilo de vida. No es culpa de nadie: es la consecuencia de muchos elementos que se suman, no de un “exceso de azúcar”.

🧠 Entonces… ¿por qué se confunden tanto?

Porque ambas llevan la palabra “diabetes” y eso genera la sensación de que son lo mismo. Pero no lo son. Es como decir que un resfriado y una alergia son iguales porque ambos provocan mocos.

Durante años, los medios y algunos discursos simplificaron el mensaje: “La diabetes aparece por comer mal” o “por no hacer ejercicio”. Eso ha hecho mucho daño, sobre todo a quienes vivimos con diabetes tipo 1.

He perdido la cuenta de las veces que alguien me ha dicho: “¿Y si dejas el azúcar, se te cura?” o “Mi vecina también tiene diabetes, pero con pastillas está bien.” Y no, no es lo mismo.

Por eso, hablar de educación diabetológica es tan importante: no solo para quienes la viven, sino para toda la sociedad.

📊 Diferencias claras (sin tecnicismos)

AspectoDiabetes tipo 1Diabetes tipo 2
OrigenAutoinmune (el cuerpo destruye las células beta del páncreas)Resistencia a la insulina + agotamiento progresivo
InicioBrusco, con síntomas claros (sed, orina, pérdida de peso)Progresivo, a veces sin síntomas al principio
TratamientoInsulina desde el diagnósticoDieta, ejercicio, medicación oral o insulina según evolución
Edad más comúnInfancia, juventud o adultos jóvenesAdultos, aunque cada vez antes
PrevenciónNo se puede prevenir (autoinmune)Se puede retrasar o evitar con hábitos saludables

Lo importante no es solo saber las diferencias, sino entender qué implican para tu día a día.

💬 La vida con diabetes no es igual (ni debería serlo)

En la tipo 1, cada decisión cuenta: comer, moverte, dormir, gestionar emociones… todo influye. Es una convivencia constante con la insulina, los sensores, los cálculos y, sobre todo, con uno mismo.

En la tipo 2, muchas veces el mayor desafío es el cambio de hábitos y la aceptación. No se trata solo de pastillas o dieta: se trata de construir una relación nueva con el cuerpo. Con paciencia, sin culpa y con acompañamiento.

Y aquí entra algo que nadie te dice en la consulta: **la diabetes también se gestiona desde las emociones.**

🩺 Lo que no te explican (y deberías saber)

  • No hay “culpa” en tener diabetes: ni por genética, ni por comida, ni por estrés. Es una condición, no un fallo personal.
  • El cuerpo no te traiciona: está haciendo lo que puede con lo que tiene. Escúchalo en vez de pelear con él.
  • La educación es poder: entender cómo funciona tu cuerpo te da libertad, no restricciones.
  • No estás sola/o: millones de personas viven con diabetes, y cada historia importa.

Si algo he aprendido como formadora y como persona con diabetes es que el conocimiento reduce el miedo. Saber cómo actúa la insulina o qué significa un pico de glucosa no te convierte en médico, sino en protagonista de tu cuidado.

“La información no cura la diabetes, pero cura la ignorancia que la rodea.”

🌿 Cómo acompañarte mejor, tengas el tipo que tengas

  1. Pregunta siempre: si algo no entiendes, no te quedes con la duda. La educación diabetológica está para eso.
  2. Conecta con tu equipo médico: endocrino, enfermería, nutricionista… son tus aliados, no jueces.
  3. Cuida tu bienestar emocional: el control glucémico y el control mental van de la mano.
  4. Busca apoyo real: asociaciones, grupos o redes con personas que te entienden.
  5. No compares tu diabetes: cada cuerpo responde diferente. Lo que sirve a uno, puede no servirte a ti.

Entender tu diagnóstico es el primer paso. El siguiente es construir tu propio equilibrio, sin miedo y con conocimiento.

💡 Si eres profesional sanitario…

También te hablo a ti. La forma en que explicas la diabetes marca la diferencia entre una persona asustada y una persona empoderada. A veces, una frase puede abrir o cerrar puertas.

Decir “tendrás que pincharte toda la vida” no es lo mismo que decir “la insulina te ayudará a vivir bien”. Cambia el mensaje y cambia la experiencia.

La educación en diabetes no es solo técnica: es también emocional. Y eso, cuando se entiende, salva miedos (además de vidas).

📚 Recursos para seguir aprendiendo

Porque la diabetes no define quién eres, pero entenderla puede cambiar cómo vives contigo misma.

Por Sarai Rodríguez Lecuna · @diabetesconsarai

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